Señor Jesús,
durante la Cuaresma los fieles se preparan para la Pascua. Conmemoramos la Vida que nos regalaste con tu Resurrección.
Tu Resurrección fue para la humanidad como un “Gol de Oro” – comparación extraña pero no sin sentido. En los grandes torneos de fútbol, como un Mundial, a veces se definía un juego con el “Gol de Oro”. Con apasionamiento, pero de modo deportivamente limpio, se llegaba a definir al ganador. En juego entran también la significación , y tal vez el mayor logro en la vida de un deportista. Con qué orgullo cargan por un instante el trofeo, jugadores, entrenador y aficionados, animándose así a renovados esfuerzos por nuevas conquistas. ¡A los ojos del público, una sensacional, sin embargo pasajera victoria!
¡Cuánto más deberíamos animarnos los hombres con tu Resurrección! Alabado seas, Vencedor de la muerte, que por un acto incomparable nos alcanzaste la victoria eterna y nos ganaste la Vida. ¡Eres Tú el Vencedor, y nosotros los ganadores!Anima a todo hombre a comprometerse a nuevas acciones por Ti y por el Padre. Que muestren al mundo que ya fueron redimidos, que llevan en las manos el Trofeo y así difundan por el mundo la verdadera alegría. Amén.
martes, marzo 28, 2006
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